Hoy está comprobado que los líderes influyen de manera directa en el clima laboral y en cómo se perciben e implementan las políticas dentro de una organización. En muchos casos, su responsabilidad incluirá recibir denuncias verbales, supervisar investigaciones y aplicar sanciones de acuerdo con los protocolos establecidos.

Por ello, quienes ocupen cargos de liderazgo deben comprometerse plenamente con los valores corporativos, la promoción de los protocolos dentro de la dinámica laboral y el cumplimiento legal, ético y social. Su papel será esencial para transformar las normativas en acciones concretas.

No obstante, este rol no está exento de desafíos. Entre los principales se encuentran:

• La resistencia al cambio cultural.
• La necesidad de gestionar conflictos complejos con imparcialidad y empatía.
• Mantener un equilibrio entre los objetivos empresariales y el bienestar de los colaboradores. 

Sin embargo, estas responsabilidades también representan una oportunidad única para que los líderes:

• Consoliden su credibilidad y ganen la confianza del equipo.
• Impulsen un cambio cultural positivo, basado en el respeto.
• Refuercen el compromiso de la empresa con la responsabilidad social y el cumplimiento legal.